Muchas veces nos encontramos con empresas que no utilizan la capacidad óptima que sus servidores son capaces de ofrecer por lo que contratan servidores que realmente no necesitan. Las características son habitualmente sobredimensionadas y ello conlleva un sobrecoste.
Además, las migraciones hacia soluciones más efectivas en proyectos que crecen suelen ser más laboriosas y costosas sin contar con el posible retraso en la producción si estas migraciones tardan más de lo esperado.